Los sectores de seguros y fondos de pensiones de Europa se mantienen resilientes en un panorama de riesgos tenso
La Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (AESPJ) ha publicado hoy su Informe de estabilidad financiera de junio de 2024 , que ofrece un balance de los principales avances y riesgos en los sectores de seguros y pensiones de jubilación de Europa.
Contexto macroeconómico desafiante
Las aseguradoras y los fondos de pensiones laborales se encuentran en un entorno macroeconómico marcado por altas tensiones geopolíticas, una serie de elecciones en grandes economías, incertidumbres sobre las perspectivas económicas y un apoyo menguante a la globalización y la cooperación internacional.
En los últimos meses de 2023, la actividad económica se estancó debido a las estrictas condiciones financieras y al cauteloso gasto de los consumidores. Se espera que el crecimiento económico se mantenga moderado en 2024. Los tipos de interés en la zona del euro retrocedieron a medida que la inflación se acercaba al objetivo a medio plazo del 2% del Banco Central Europeo, pero la volatilidad a ese respecto domina el debate.
Las posiciones financieras se mantienen sólidas
Los sectores de seguros y pensiones de jubilación de Europa se han mantenido sólidos en términos generales, a pesar de los desafíos generalizados. El sector de seguros está sólidamente capitalizado. Los ratios de capital de solvencia obligatorio (SCR) medios de las aseguradoras de vida y las empresas mixtas han mejorado a lo largo de la transición de tipos de interés bajos a tipos de interés más altos, al igual que los niveles de rentabilidad. Las primas brutas emitidas en el sector de no vida siguieron creciendo, mientras que el negocio de vida experimentó un aumento más moderado.
El ratio de activos líquidos de las aseguradoras se ha mantenido estable en los últimos años, aunque hay una variación considerable entre países. Las tasas de caducidad en el negocio de vida son bastante estables, aunque hay algunos signos de vulnerabilidad.
En guardia ante riesgos emergentes
En respuesta al entorno de tipos de interés cero de la última década, los inversores institucionales, incluidas las aseguradoras y los fondos de pensiones, buscaron rendimientos en los denominados “activos alternativos”. Estos activos tienden a ser menos líquidos y, a menudo, más complejos en su estructura y método de valoración que las categorías de activos convencionales.
El Informe de estabilidad financiera de la EIOPA muestra que las aseguradoras europeas invierten una gran parte de su cartera en activos europeos. El 87% de sus inversiones en bonos soberanos, el 80% de sus tenencias de acciones y el 75% de sus inversiones en bonos corporativos se destinan a estados y empresas europeas. La cartera general está muy sesgada hacia activos de renta fija como bonos gubernamentales y corporativos, sin embargo, una parte significativa (16%) de sus inversiones se destina a activos alternativos, siendo las inversiones inmobiliarias y las inversiones relacionadas con la deuda privada las mayores exposiciones. Las aseguradoras destinan el 5,7% de sus inversiones al sector inmobiliario a través de fondos de inversión, hipotecas y propiedades. La deuda privada representa el 2,6% de sus inversiones totales, mientras que el 1,9% se asigna al capital privado.
Las asignaciones cuantiosas a activos alternativos que a menudo son ilíquidos, difíciles de valorar y cuya valoración es muy sensible a los tipos de interés han suscitado inquietudes en materia de supervisión y estabilidad financiera. Como resultado, los supervisores están vigilando de cerca los riesgos asociados a esas inversiones.
Más allá de los riesgos macroeconómicos y de mercado, las aseguradoras y los fondos de pensiones también se enfrentan a riesgos relacionados con el cambio climático, así como a aquellos vinculados con la digitalización y la ciberseguridad.
2023 fue otro año de grandes pérdidas por desastres naturales. Los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático provocaron pérdidas económicas de aproximadamente 240.000 millones de euros en todo el mundo, de las que las aseguradoras cubrieron entre 86.000 y 98.000 millones de euros. Las pérdidas aseguradas por lluvias intensas y granizo en los dos últimos años establecieron nuevos récords en Italia y Francia, aunque los seguros cubrieron solo alrededor del 10% de los daños. Esto subraya la necesidad urgente de adoptar más medidas para cerrar las brechas de protección y revisar continuamente las evaluaciones de riesgos, los modelos y los datos de las aseguradoras.
Los supervisores de toda Europa también están cada vez más preocupados por el riesgo relacionado con la digitalización. Si bien esta categoría de riesgo se encuentra actualmente en un nivel medio, las evaluaciones prospectivas apuntan a un aumento, siendo las debilidades de ciberseguridad y los conflictos geopolíticos híbridos las principales preocupaciones. Las iniciativas legislativas como la Resiliencia Operacional Digital (DORA), la Ley de Inteligencia Artificial y el Punto Único de Acceso Europeo (ESAP) tienen como objetivo mejorar la resiliencia de los sectores financieros a las amenazas digitales. También se espera que los mecanismos de transferencia de riesgos desempeñen un papel clave en el crecimiento del mercado de seguros cibernéticos. En 2022, las aseguradoras primarias redireccionaron más de la mitad de sus primas de seguros cibernéticos a las reaseguradoras, y en 2023 se emitieron los primeros bonos de catástrofe cibernética de la historia.
Petra Hielkema, presidenta de la EIOPA, afirmó: “ En un momento de creciente incertidumbre y creciente escepticismo sobre el futuro de la cooperación internacional, la EIOPA se mantiene firme en su misión de fomentar la estabilidad financiera en los mercados de seguros y pensiones de Europa. Nuestras industrias han demostrado una resiliencia notable y han demostrado su fortaleza frente a diversos desafíos que evolucionan rápidamente. Sin embargo, no podemos permitirnos el lujo de ser complacientes en el futuro. Debemos permanecer atentos a los riesgos emergentes y encontrar respuestas a ellos que fortalezcan aún más nuestro sector, beneficien a los ciudadanos y contribuyan a un mundo más seguro y sostenible”.
Fuente: EIOPA