Liderazgo asegurador europeo frente a los riesgos climáticos: claves desde el discurso de referencia de EIOPA
En un contexto global marcado por desafíos climáticos crecientes, el sector asegurador europeo vuelve a situarse en el centro del debate con un mensaje claro y contundente por parte de la figura más representativa del ámbito regulador: es necesario actuar con decisión, coordinación y visión de futuro. Durante una de las conferencias más relevantes del sector, se abordaron temas fundamentales como la sostenibilidad, la resiliencia financiera y la necesidad urgente de cerrar las brechas de protección ante catástrofes naturales.
El encuentro, que reunió a reguladores, líderes de la industria, responsables políticos y diversos actores del ecosistema financiero, evidenció la importancia de la colaboración público-privada para hacer frente al impacto económico del cambio climático. No en vano, Europa fue el continente que más se calentó en 2024, y desde 1980, las catástrofes naturales han generado pérdidas superiores a los 900.000 millones de euros. Una realidad que exige respuestas estructurales.
Uno de los ejes centrales del discurso fue la alarmante brecha de protección en seguros ante catástrofes naturales, con un 75 % de pérdidas económicas sin cobertura en Europa. Esta carencia no solo representa una vulnerabilidad para los ciudadanos, sino que pone en riesgo la estabilidad financiera en su conjunto. El análisis de EIOPA identifica tanto obstáculos en la demanda —como la baja percepción del riesgo por parte de los consumidores— como en la oferta, donde las primas y exclusiones en zonas de alto riesgo limitan el acceso a seguros cuando más se necesitan.
Entre las soluciones propuestas, destaca el impulso a la «suscripción de impacto» y el desarrollo de herramientas de concienciación ciudadana que permitan comprender la exposición al riesgo y fomentar decisiones informadas. A nivel institucional, se subrayó el trabajo conjunto de EIOPA y el BCE en la publicación de propuestas políticas que, mediante un enfoque escalonado, integran medidas de mitigación, seguros privados, reaseguros, asociaciones público-privadas y un eventual plan de respuesta europeo.
La dimensión europea se consideró esencial para evitar que los gobiernos nacionales se vean sobrepasados por desastres de gran escala. Las recientes inundaciones en Francia, España e Irlanda son ejemplos concretos de los desafíos actuales. Por ello, el documento conjunto más reciente entre EIOPA y el BCE sugiere un enfoque de dos pilares que, sin reemplazar los esquemas nacionales, diversifique el riesgo y fortalezca los incentivos a la prevención y adaptación.
Desde el punto de vista regulador, también se expuso el compromiso de mantener actualizado el marco Solvencia II, adaptándolo a los riesgos climáticos mediante una recalibración basada en datos recientes y modelos de última generación. Esto incluye ajustes en los requisitos de capital relacionados con eventos como inundaciones, granizo, terremotos y vendavales, para reflejar con mayor precisión el entorno de riesgo actual.
En paralelo, se está avanzando en la elaboración de normas técnicas regulatorias centradas en la sostenibilidad, con un enfoque equilibrado y proporcional que evite cargas innecesarias a las entidades. En este sentido, se valoró positivamente el reciente paquete de simplificación normativa impulsado por la Comisión Europea, destacando que la eficiencia regulatoria no debe comprometer la calidad de los datos necesarios para evaluar riesgos y prevenir el greenwashing.
Otro punto relevante fue el papel de la innovación y la tecnología, como el uso de datos satelitales en colaboración con la Agencia del Programa Espacial Europeo, o el fomento de soluciones digitales que permitan una mejor supervisión y gestión de riesgos.
Finalmente, se puso en valor el rol de las pruebas de estrés como herramienta para comprender la interacción entre riesgos climáticos y tensiones financieras. En particular, se destacó la prueba de estrés intersectorial «Fit-for-55», realizada en 2024 en colaboración con las autoridades europeas de supervisión y el BCE, que ofrece una visión integral del sistema financiero ante escenarios de transición energética.
Este tipo de intervenciones, por parte de quienes lideran el sector asegurador en Europa, no solo son necesarias: son dignas de ser reconocidas y agradecidas. Proveen una hoja de ruta clara, basada en evidencia, que refuerza la urgencia de actuar con ambición, cooperación y visión a largo plazo. Fortalecer la resiliencia frente al cambio climático no es una opción: es una responsabilidad compartida.
2025/04/25-®Fuente: GestyFor