¿Dónde empieza el futuro financiero de tu empresa? En su presupuesto de inversiones

La sostenibilidad y el crecimiento de una empresa no se improvisan. Se diseñan. Y esa hoja de ruta lleva un nombre claro: presupuesto de inversiones. En GestyFor creemos que este documento no solo organiza números, sino que proyecta la visión estratégica a largo plazo de cualquier negocio, sea una pyme o una gran compañía.

Este presupuesto contempla tres grandes bloques: activo no corriente, fondo de maniobra y devoluciones de fondos ajenos a largo plazo. Te lo explicamos desde una perspectiva útil, comprensible y centrada en decisiones reales.

1. Apostar por el futuro: Inversiones en activo no corriente

Aquí hablamos de las grandes decisiones. Las que tienen un impacto duradero. Se incluyen:

  • Proyectos en curso, que no pueden quedar fuera porque la planificación es continua.

  • Renovación y modernización de activos existentes.

  • Expansión, es decir, apostar por crecer con nueva maquinaria o instalaciones.

  • Inversiones complementarias, como ordenadores o patentes que acompañan a los proyectos clave.

  • Inversiones financieras a largo plazo, también fundamentales para diversificar.

En GestyFor opinamos que cada euro invertido aquí debería estar alineado con una pregunta simple: ¿esto fortalece nuestro modelo de negocio a futuro?

2. El equilibrio operativo: Fondo de maniobra

¿Y qué pasa con el día a día? Aquí entra el fondo de maniobra, esa diferencia entre activos y pasivos corrientes que asegura liquidez y funcionamiento operativo.

Puede ser positivo (necesidad de fondos) o negativo (fuente de fondos). Se calcula de dos formas:

  • Desglosando cada componente: clientes, inventarios, proveedores…

  • O aplicando una ratio sobre las ventas previstas, algo muy práctico si se quiere agilidad en la planificación.

Desde la experiencia de GestyFor, recomendamos no infravalorar este componente: muchas empresas rentables fracasan por una mala gestión del circulante.

3. Compromisos asumidos: Devolución de préstamos a largo plazo

Por último, hay que tener en cuenta lo ya comprometido. Aquí se suman:

  • Las devoluciones del principal de préstamos anteriores.

  • Los nuevos préstamos a largo que se prevé solicitar.

No se trata solo de cuánto se va a pedir, sino de cuándo y en qué condiciones se va a devolver. Y eso debe estar en el presupuesto desde el inicio.

¿Y la planificación a largo plazo?

Sabemos que planificar a 5 años hoy es casi una osadía. Pero planificar sigue siendo imprescindible. Tal como decía Kant (y como solemos repetir en GestyFor): “la inteligencia se mide por la capacidad de soportar incertidumbre”. Una buena planificación no es una profecía, es una brújula.

Aunque debas recalcular la ruta, necesitas un destino claro.

2025/04/29-®Fuente: GestyFor

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